Estimado lector, debo ya desde un inicio comunicarte que no hay una única explicación, sino un cúmulo de factores, que hacen la ecuación mucho más compleja, aunque con los tiempos que corren, y todo lo sucedido estos últimos años, creo que ya estabais sobre aviso. Para mi, eso si, hay una cosa clara, y es que hay factores que controlamos y debemos mejorar sustancialmente y otros que escapan a nuestro control. La idea de país, que cada cual tiene la suya, si que pudiéramos estar de acuerdo, en que económicamente, se es más fuerte cuanto más unido se está. Que quiero decir con esto. Una estrategia a nivel nacional, en cuanto a la comercialización, repito, comercialización de las categorías comerciales provenientes de la aceituna, nos podría suponer un incremento en el PIB nacional. Desarrollo esto último, a colación de aquellos factores que si podemos controlar. Cuando posees un bien casi inimitable, y además eres el líder mundial en producción de aceite, deberías ocuparte de que forma vendes lo que produces. Según datos de ministerio MAGRAMA en el ejercicio 2022 el porcentaje de aceite envasado sobre el total producido sigue siendo insuficiente. Os preguntareis que es insuficiente si somos los principales productores mundiales. La cuestión es clara. El hecho de vender tu producto envasado tiene unas implicaciones intrínsecas de gran calado para la economía. Estamos hablando de creación de valor y fijación de precios. Es decir, cuando tu vendes con tus marcas producto envasado, a través de unas redes de distribución, tu marcas el valor de tu producto, tu marcas el precio de tu producto. Desde el momento que la venta mayoritariamente se produce en graneles, sobre todo en exportación, el valor a nuestro aceite se lo dan terceras personas, que únicamente son transaccionistas. Por lo tanto el precio lo fijan desde otro lugar y otras personas.